martes, 30 de julio de 2013

Comienza la segunda etapa del viaje para los jóvenes zamoranos en Inglaterra: las familias esperan

Pablo Rodríguez, nuestro enviado especial al viaje de los 41 jóvenes zamoranos a Inglaterra para participar a distancia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro, relata el día después de la conclusión de este encuentro eclesial, y el inicio de la segunda parte de la peregrinación zamorana por tierras británicas, alojados en familias –de los mismos que fueron acogidos en Zamora en 2011– y con diversas visitas.

Basildon, 29/07/13. Parece mentira cómo se pueden condensar las emociones en un solo tramo del día. Ha sido una mañana muy ajetreada, entre maletas, despedidas y agradecimientos. Se acababa el WYD@Home Brightlights Festival y tocaba recoger saco, ropa y a la maleta, para seguir el camino de nuestro peregrinar, que nos ha llevado a Basildon, a unos 40 minutos de Londres.

Ya en el desayuno llegaban las despedidas. La primera, de Álvaro, el voluntario español que nos ha ayudado durante toda el festival. Con él, el prior del  monasterio de Aylesfort, donde nos han acogido estas noches. El padre Michael nos ha dado las gracias por nuestro comportamiento y por animar el festival en todo momento. Álvaro comentaba que estaba restringido a los españoles, pero esperamos que este comportamiento pueda ser la primera piedra para un cambio de mentalidad.

En la despedida, los organizadores nos han invitado de nuevo a participar del festival del año que viene, que se celebrará del 27 al 30 de junio del 2014. Ya en la eucaristía, el obispo Peter nos recordaba que para hacer discípulos a todas las naciones es necesaria la oración. Nos pedía ser fieles en la dificultad y que “debemos tener confianza en la fe que vivimos”.

Los agradecimientos son muchos. A los monjes de The Friars, que se han portado genial con nosotros. A la organización, por tenernos en cuenta y abrirnos sus brazos de par en par. A los traductores, Álvaro, Antonio y el padre Paul, ellos nos han ayudado a entender todo el festival. Pero ante todo, a los 40 zamoranos, sin ellos, este festival hubiera sido un aburrimiento, como nos han dicho nuestros amigos los irlandeses.

Nos despedimos de Aylesfort para llegar a las familias ya a la hora de comer. En estas parroquias, los voluntarios tenían todo preparado para nosotros, comida, bebida, etc. Acto seguido, nos fuimos cada uno a su familia y a la casa de espiritualidad, donde pudimos disfrutar de una tarde libre que agradecimos mucho.

Mañana toca el plato fuerte del viaje, Londres. Saldremos a las 9,30 de la parroquia y estaremos todo el día. Así que ahora es tiempo de acabar con esta crónica del día 29. Pero antes quería agradeceros a todos vuestro interés y lectura. Espero que disfrutéis tanto con mis escritos como yo disfruto escribiéndolos.

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