martes, 19 de febrero de 2013

El Museo Diocesano de Zamora inaugura su segunda exposición temporal


Hoy se ha inaugurado en el Museo Diocesano de Zamora la segunda exposición temporal que alberga desde su apertura en julio de 2012. Los visitantes pueden contemplar en la iglesia de Santo Tomé, sede del Museo, las tablas renacentistas del retablo mayor de la iglesia de Barcial del Barco, recientemente restauradas.

Zamora, 19/02/13. Reproducimos a continuación el texto que ha sido repartido esta mañana a los medios de comunicación asistentes a la rueda de prensa, y que ha sido escrito por José Ángel Rivera de las Heras, director del Museo Diocesano y delegado diocesano para el Patrimonio y la Cultura.

Tablas del retablo mayor de Barcial del Barco

El conjunto pictórico del retablo mayor de la iglesia parroquial de Barcial del Barco constituye una de las más destacadas aportaciones de la pintura renacentista en la Diócesis de Zamora. Su iconografía está dedicada a escenas de la vida de Cristo, de la Virgen y de Santa Marina, titular de la iglesia.

Dicho retablo fue realizado hacia 1540 (1) con el posible mecenazgo del Conde de Benavente, teniendo en cuenta el escudo pintado que aún se conserva de él. En 1772 la iglesia se hizo de nuevo y el retablo hubo de ser adaptado a la altura del testero, quedando fuera del conjunto dos tablas con temas religiosos y dos más con las armas de los Pimentel y otro episcopal.

A principios del siglo XX, el historiador granadino Manuel Gómez-Moreno catalogaba el retablo y contabilizaba diecisiete tablas: cuatro en la predela, otras once encajadas en la estructura del retablo, y dos más colocadas en los muros laterales del templo. Algunas de ellas le parecían “sombrías y duras de entonación, como las de Berruguete, resultando amaneradas” (2). En 1973, el sacerdote zamorano David de las Heras Hernández señalaba que el retablo “se encuentra en muy malas condiciones, porque sus columnas y balaustradas están muy carcomidas y ofrecen peligro de venirse abajo con el consiguiente peligro para las tablas mismas” (3).

La estructura del retablo y las tablas que albergaba ya se hallaban afectadas por un intenso ataque de termitas, de modo que el retablo hubo de ser desmontado el 19 de febrero de 1977. Las pinturas de la Circuncisión, Santa Marina ante el gobernador, Epifanía (al lado izquierdo), Imposición de la casulla a San Ildefonso, Natividad de la Virgen y Nacimiento (al lado derecho) fueron colocadas en el testero de la capilla mayor, con algunos elementos decorativos entallados de estilo plateresco (cresterías y columnas abalaustradas), evocando el retablo desguazado, y las restantes fueron trasladadas a la tribuna.

Lamentablemente, la iglesia padeció un robo el día 3 de septiembre de 1979, sustrayendo los ladrones las tablas de la Anunciación y el Abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada, que se hallaban colgadas de los muros, y San Juan Evangelista-San Pedro y Santiago el Mayor-San Andrés, pertenecientes a las calles del lado izquierdo de la predela. Posteriormente fue robada también la tabla de la Imposición de la casulla a San Ildefonso el 14 de marzo de 2005, siendo recuperada por la Policía Nacional el 8 de junio del mismo año.

El conjunto de las pinturas existentes fue restaurado por la empresa zamorana REARASA en 2005 y 2010, con la financiación de la Junta de Castilla y León. Hasta el momento, las tablas han permanecido custodiadas en el Obispado de Zamora, a la espera de que se realice la necesaria estructura de carpintería que las albergue, y todas juntas vuelvan a ser colocadas en su lugar de origen.

Los tableros, pintados al óleo sobre madera de pino, fueron ejecutados, como ya advirtiera Navarro Talegón, “por dos maestros con amplia participación de oficiales, a juzgar por las calidades desiguales de los tableros de ambas series, uno berruguetesco y cercano a pinturas coetáneas leonesas y otro más afín a lo que se practicaba en Zamora” (4).

Efectivamente, del autor de las tablas situadas en la calle central (Llanto sobre Cristo muerto) y en la parte derecha del retablo (Nacimiento, Jesús entre los doctores, Resurrección, Martirio de Santa Marina, Presentación de Jesús en el Templo, San Pablo-San Juan Bautista y Santiago el Menor-San Felipe) no conocemos más obra en la diócesis. Posiblemente se trate de un pintor de ascendencia leonesa, cuya producción se asemeja a la de Cristóbal de Colmenares, y que se caracteriza por sus composiciones no exentas de cierto aroma del Quattrocento italiano, algunas incorrecciones en las perspectivas, su entonación general oscura, la utilización de arquitecturas y decoración clásicas, y las figuras alargadas y estilizadas, en poses a veces inverosímiles, con gestos exagerados, facciones duras, narices afiladas y dedos alargados.

El autor de las tablas situadas en la parte izquierda del retablo (Natividad, Epifanía, Circuncisión, Imposición de la casulla a San Ildefonso, Santa Marina ante el gobernador, San Juan Evangelista-San Pedro y Santiago el Mayor-San Andrés) es un pintor más vanguardista, heredero del estilo de Juan de Borgoña I y en la línea de lo que hacían Juan de Borgoña II, Lorenzo de Ávila, Martín de Carvajal y otros pintores con talleres en Toro y Zamora. Éste presenta composiciones más estereotipadas, emplea un colorido más luminoso, las arquitecturas son también de corte clásico, aunque más rotundas y macizas (la de la tabla de la Circuncisión parece estar inspirada en el grabado xilográfico que ilustra el atrio tetrástilo de la casa romana según Vitruvio VI,3) (5), los rostros están más caracterizados, y las vestimentas son más ricas, algunas imitando brocados, y van guarnecidas con perlas y grecas doradas en los orillos.

NOTAS

1. “SIENDO CVRA EL BENERABLE [ALO]NSO DE CARVAIAL”, según consta en una inscripción contenida en la rodela de un soldado, en la tabla de Santa Marina ante el gobernador.
2. M. Gómez-Moreno, Catálogo monumental de España. Provincia de Zamora, Madrid, 1927, p. 336.
3. D. de las Heras Hernández, Catálogo artístico-monumental y arqueológico de la diócesis de Zamora, Zamora, 1973, p. 28.
4. J. Navarro Talegón, “Manifestaciones artísticas de la Edad Moderna”, en AA.VV., Historia de Zamora. Tomo II. La Edad Moderna, Zamora, 1995, p. 568.
5. Fra Giovanni Giocondo da Verona, M. Vitruvius per Iocundum solito castigatior factus, cum figuris et tabula, ut iam legi et intellegi possit, Venecia, 1511, p. 60.

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