jueves, 11 de noviembre de 2010

Y la Cruz llegó a Zamora por Benavente: de Froilán a Atilano


CruZamora 1: La Cruz de los Jóvenes y el Icono de María llegaron en la noche del miércoles 10 a la Diócesis de Zamora, por la ciudad de Benavente. La acogida fue calurosa, y contó con los obispos de León y de Zamora. Publicamos la crónica del encuentro.

Benavente, 10/11/10. A las 22 horas de esta noche, cientos de benaventanos llenaban la plaza de Santa María de la Vega. Ya estaban preparados los estandartes de las cofradías de Semana Santa de la ciudad y la banda de cornetas y tambores de la Junta Pro Semana Santa. Delante del Colegio San Vicente de Paul, regentado por las Hijas de la Caridad, estaban el obispo diocesano, Gregorio Martínez Sacristán, acompañado por el vicario general y el vicario pastoral y arropado por todos los sacerdotes del arciprestazgo de Benavente.

De hecho, fue Abelardo Febrero, el arcipreste, el encargado de dirigir el acto. Estaba también presente el alcalde de Benavente, Saturnino Mañanes, junto a algunos concejales del consistorio. Todas las cofradías de la localidad estaban representadas por sus insignias y sus directivas, además de contar con una amplia presencia de los cofrades. Entonces fue cuando llegaron a la plaza los jóvenes de la Diócesis de León, que traían la cruz desde la localidad de Valencia de Don Juan, presididos por su obispo, Julián López Martín.

Al llegar, tomó la palabra el prelado leonés, que recordó la historia de las dos insignias de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), la Cruz y el Icono. “Desde Valencia de Don Juan, hasta la ciudad de Benavente, que en tiempos no tan lejanos formaron parte de una misma Iglesia local”, afirmó, para pasar a decir que “es la única Iglesia de Cristo la que se manifiesta en cada Iglesia local”.

Julián López también dijo, en su intervención en el acto de entrega, que “como sucesor de San Froilán, tengo la íntima satisfacción de entregar la Cruz de los Jóvenes y el Icono de María al sucesor de San Atilano, actualmente Don Gregorio, y en él, a mi Diócesis de origen”. Por ello dirigió un saludo especial a los sacerdotes zamoranos. Declaró también que se trataba de “un relevo, en la esperanza y el deseo de que el paso de la Cruz por estas tierras sea fuente de vida y esperanza”, para terminar deseando “que nos encontremos en la Jornada Mundial de la Juventud de agosto de 2011”.

Le contestó el obispo de Zamora, quien manifestó “el gozo que da saberse amado, liberado y salvado este pueblo por quien murió en la Cruz, Jesucristo, nuestro Señor”. También expresó su deseo de “que estos días en los que van a estar la Cruz y el Icono en Zamora, nos alcancen a todos el perdón, la misericordia y la gracia de Dios, nuestro Padre”.

A continuación, la procesión encabezada por la cruz alzada se dirigió hacia la iglesia parroquial de San Juan del Mercado, siendo portados la Cruz de los Jóvenes y el Icono de María por los jóvenes de Benavente y otros que había acudido al acto de acogida. Cientos de personas abarrotaron la Calle de los Herreros caminando en silencio. Sólo se oía el redoblar de los tambores. Familias, jóvenes y mayores, y también niños, acompañaban los signos de la JMJ.

El templo románico de San Juan acogió un encuentro de oración sencillo pero a la vez de gran intensidad. Los bancos estaban llenos, y en las naves laterales multitud de fieles seguían la celebración en pie. Después de cantar “Victoria, tú reinarás”, el obispo dijo una palabras introductorias, y el diácono de la diócesis, Santiago Martín, proclamó el evangelio. Luego llegó el momento cumbre del acto, la adoración de la cruz. Todos los presentes fueron pasando por delante del presbiterio, lugar que presidía la cruz, para hacer un gesto de adoración. Durante el largo tiempo que duró la veneración de los fieles, la asamblea se unió cantando salmos.

Y después de la adoración individual, el silencio. Silencio que se hizo natural ante la Cruz. Silencio ante una cruz desnuda y ante la mirada de la Madre, “salus populi romani”. Silencio de cientos de personas, arrodillados o sentados en los bancos de San Juan. Otros, en pie, apoyados en las varas de sus respectivas cofradías. Una comunidad en silencio orante, en contemplación compartida, los venidos de León, los que fueron desde Zamora y, sobre todo, los benaventanos, que quisieron acoger estas imágenes de Redención como lo merecen.

Tras la despedida litúrgica y la bendición apostólica del obispo, tres jóvenes zamoranas entonaron de forma espontánea un canto a Cristo crucificado. En este momento la Cruz y el Icono se cargaron en la furgoneta leonesa para llevarlos hasta el Monasterio Cisterciense del Salvador, donde las monjas Bernardas esperaban en la puerta, según estaba previsto, para recibir a media noche a los dos signos de la JMJ.

Fueron ellas mismas las que introdujeron procesionalmente en su iglesia la Cruz y el Icono mientras cantaban al son de guitarras algunas composiciones de Kiko Argüello. Las personas que se acercaron hasta el monasterio contemplaron sorprendidas la curiosa escena de las religiosas llevando a hombros la Cruz y el Icono con sus hábitos y cogullas. Después de colocar en el presbiterio ambas imágenes hubo unos cantos de adoración y se leyó un fragmento del mensaje de Benedicto XVI para la JMJ de Madrid.

Después de hacer una súplica por los frutos de la JMJ, anunciaron el horario de la noche, que pasarían en oración contemplativa, y con las puertas del cenobio abiertas a todos. A la 1, el rosario meditado; a las 3,30 el rezo de Vigilias (con el Oficio de la Exaltación de la Cruz), a las 6 la oración de Laudes y a las 8,30, como conclusión, la Eucaristía, antes de llevarse la Cruz de Benavente (adonde volverá el viernes).

El próximo acto, CruzCampus, el jueves 11 a las 13 horas en el Campus Viriato, con la comunidad universitaria y los jóvenes estudiantes de Bachillerato. Allí estaremos para seguir informando.

Las fotos de la acogida de la Cruz y el Icono en Benavente pueden verse en:

http://picasaweb.google.com/obzamora.mcs/AcogidaDeLaCruzDeLosJovenesYDelIconoDeMariaEnBenavente#

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